¿Cuál es la relación entre Meditación, Mindfulness y la Psicoterapia?
Hemos visto en la primera de esta serie de publicaciones, cómo el ser humano ha buscado desde siempre el remedio al dolor, a lo que el Buda denominó Dukha (sufrimiento), intrínseco al hecho de existir. Para ello se han utilizado muy diferentes caminos, métodos y guías. Es necesario remarcar la importancia que ha tenido la figura del chamán, del sacerdote, del gurú maestro, y ahora del terapeuta. Todos ellos son los encargados de “iniciar” a la persona y facilitar el acceso a la vía hacia el cese del sufrimiento, hacia alguna forma de sanación que integre cuerpo, mente y espíritu.
Hemos visto también en la anterior publicación cómo Mindfulness se ha convertido en una herramienta con evidencias probadas de eficacia paliativa del sufrimiento. La ciencia moderna occidental ha descubierto un recurso precioso para ponerlo al servicio de la salud. Por los beneficios que aporta su práctica se podría considerar por sí misma como una forma de terapia.
Vamos a ver ahora algunos de los vínculos que se han establecido entre Meditación y Psicoterapia y en primer lugar nos preguntamos de nuevo qué Psicoterapia. Siendo la Psicología y su hermana mayor la Psiquiatría, campos de conocimiento relativamente jóvenes si las comparamos con las antiguas Tradiciones, han generado en apenas un siglo un buen número de modelos teóricos y sus correspondientes corrientes terapéuticas. El Psicoanálisis de Freud, la corriente Humanística, el Cognitivismo, la Gestalt y la Psicología y Terapia Transpersonal, son las más destacadas y estas dos últimas las que más sinergias han establecido con la Meditación.
A la Gestalt le interesa especialmente “lo que pasa, ahora”, qué le sucede a la persona en este momento, cuál es su experiencia. Se estimula al cliente a “darse cuenta”, la toma de conciencia, el insight. El tercer elemento es la responsabilidad, la ética. Esta visión es muy próxima a la de la Meditación que centra también su atención en estos tres temas, de manera que el encuentro entre ambas era inevitable. Como en el caso de la explosión del fenómeno Mindfulness ha sido necesaria la aportación de un personaje fundamental en el desarrollo y utilización de la meditación como herramienta terapéutica. Claudio Naranjo, nacido en Chile en 1932, se doctoró en Medicina y continuó sus estudios e investigación en los USA, en los campos de la psiquiatría, la antropología y la psicología, entre otros. A lo largo de su vida y obra ha desarrollado un modelo que tiende puentes entre la Gestalt y la Psicoterapia Transpersonal. Así, por ejemplo, fue pionero en la utilización de diferentes substancias enteógenas para acceder a estados alterados de conciencia en situación terapéutica, en la búsqueda de Lo Trascendente que hay en el ser humano. Como Jon Kabat-Zinn fue practicante de la meditación Vipassana y también la introdujo en su propio programa de terapia (SAT) como una de las herramientas a utilizar para la sanación de la persona, entendida como algo más que Cuerpo-Mente. En sus propias palabras “las dimensiones psicológica y espiritual del crecimiento interior son las dos caras de la misma moneda”. Entre sus muchas aportaciones cabe destacar la introducción de la técnica de meditación interpersonal, por parejas.
Desde el ámbito de la Psicología y terapia transpersonal también se ha elegido a la Meditación como uno de los recursos a utilizar en el trabajo terapéutico y en el camino hacia la sanación.
Con la Meditación se accede a un estado específico de conciencia que es especialmente adecuado para el trabajo terapéutico y puede utilizarse como una herramienta de indagación del pasado, de conexión con el presente, de proyección hacia el crecimiento espiritual.
La Meditación se utiliza antes de la terapia, cuando el terapeuta se prepara buscando su centro para desempeñar su rol de acompañamiento, de escucha activa, de presencia. Se utiliza la Meditación durante la sesión terapéutica, llevando al cliente a un estado de introspección para trabajar temas concretos, y manteniendo el terapeuta su actitud de presencia consciente. Finalmente, el cliente puede utilizar también la Meditación en su vida cotidiana, entre terapia, y recibir los beneficios que aporta su práctica, desde los paliativos hasta los de crecimiento y sanación.
En conclusión, podemos decir que Psicoterapia y Meditación, en las últimas décadas, van de la mano y se han mostrado como una combinación que optimiza el trabajo en el proceso terapéutico, desde diferentes perspectivas. De entre las muchas indicaciones que tiene la Meditación dentro de la terapia están:
- La ansiedad en todas sus formas y derivadas
- Los procesos de “rumiación” típicamente neuróticos en los que la persona se “engancha” a ideas y pensamientos recurrentes, habitualmente negativos.
- Los miedos en todas sus formas, desde la aversión hasta las fobias.
- Los síntomas derivados del estrés postraumático
- Los sentimientos de ira y rabia, habitualmente asociados a procesos de comunicación interpersonal.
- Los estados depresivos, la tristeza, la desesperanza existencial.
- La indagación en los puntos ocultos, en la “sombra”, en aquello que no sabemos o no queremos reconocer de nosotros mismos.
Y en todos estos casos la Meditación ayuda, como mínimo, a la toma de Conciencia, a descubrir aquello que somos y el potencial de lo que podemos llegar a ser.
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